“¿Cómo puedo ser real si no proyecto ninguna sombra? Debo también tener un lado oscuro si quiero estar completo” – Carl Jung
La sombra del yo es un concepto estudiado por el psiquiatra y psicoanalista Carl Jung. En la psicología junguiana, las sombras pueden hacer referencia a las partes inconscientes de la personalidad, tanto negativas como positivas, que el ego consciente rechaza o niega como partes de sí mismo.
Para algunas personas, la sombra del yo puede ser percibida como un intruso. Contiene todas las cosas que consideramos inaceptables, esas partes de nosotros mismos que inconscientemente hemos reprimido y rechazado. Sin embargo, la sombra no es necesariamente negativa o dañina, es lo que percibimos como malo, basado en experiencias y reforzado por nuestros miedos.
Si bien hay varias opciones para conectarte con tu sombra, los tres siguientes puntos de acceso son maneras gentiles de atraer conciencia a tu mente inconsciente:
• Desencadenantes: ¿Alguna vez experimentas una respuesta emocional inesperada a problemas, comportamientos o rasgos específicos? Estos podrían ser desencadenantes o reflejos de heridas no resueltas. Por ejemplo, alguien a quien de niño se le riñó por llorar o ser demasiado emocional podría, siendo adulto, sentirse irritado, molesto o provocado al ver a alguien llorar o ser “demasiado emocional”. En este sentido, los desencadenantes pueden ser mensajeros que te muestran algo que puedes haber estado reprimiendo; pueden ayudarte a ser consciente de algo que ocultas en tu interior.
• Patrones: Si siguen apareciendo problemas o comportamientos específicos en tu vida, estos patrones repetitivos pueden ser una señal de que hay problemas que aún no se han resuelto. Es posible que sigas sintiéndote atraída por el mismo tipo de persona o que siempre acabes en ciertas situaciones. Los patrones seguirán apareciendo hasta que estés lista para comprender por qué existen y abordarlos para romper ese ciclo.
• Proyecciones: A menudo, es más fácil ver rasgos que no te gustan de ti misma en los demás, incluso si no eres consciente de que los tienes. Por ejemplo, alguien que está preocupado por ser honesto, tal vez porque de niño le dijeron que era malo ser honesto, puede proyectar este sentimiento, atribuyéndole este rasgo despreciado a otra persona y atacándola. Si no eres capaz de admitir las cualidades o deficiencias indeseables de la sombra, no es raro que termines atribuyéndoselas a otra persona. Es algo que hace mucha gente.
Aunque no siempre es visible, la sombra del yo siempre está presente y afecta a todos los aspectos de nuestras vidas. Cuanto más conscientes seamos y más podamos integrarla o conectarnos con ella, más completos y equilibrados estaremos. Cuando traemos luz a la oscuridad, al descubrir las partes de nosotros mismos que hemos reprimido a través del trabajo con la sombra, el inconsciente se vuelve consciente, lo inaceptable puede volverse aceptable y podemos comenzar a sanar, transformarnos y vivir una vida con mayor entendimiento y más consciente.
Trabajar con tu sombra requiere compasión y aceptación, no vergüenza ni culpa. De hecho, la vergüenza es lo que causó que estas partes se ocultaran bajo la sombra. La sombra es parte de lo que eres, así que, si eliges hacer este trabajo, trata a tu sombra con afecto.
Si te resuena pero no sabes cómo trabajarlo, contáctame aquí y te cuento cómo podemos hacerlo juntas. Me encantará guiarte.
Un abrazo a tu sombra,
Mònica