Tips para gestionar una crisis como la DANA

Querido lector,

Primero: te mando toda mi fuerza si eres un afectado o familiar/amigo de víctimas de la DANA. Ahora, si me permites, una reflexión para cuando te apetezca recibirla.

En momentos difíciles, como los que estamos viviendo ahora, es natural querer estar informados y sentir empatía por quienes atraviesan situaciones dolorosas. Esta reciente DANA ha causado desastres y nos ha tocado el corazón. Sin embargo, al igual que es importante estar al tanto y ayudar, también lo es reconocer cómo el consumo excesivo de información y el enfocarnos en la tragedia puede desgastar nuestra salud mental.

No se trata de ser egoístas; cuidarnos nos permite ser más útiles, más resilientes y mejores compañeros para quienes nos rodean. Este mensaje es una invitación a reflexionar sobre el equilibrio entre el apoyo solidario y el autocuidado necesario para nuestra salud mental.

Ser solidarios empieza por cuidarnos a nosotros mismos

La empatía es una virtud poderosa, y querer ayudar a los demás es una reacción natural y admirable. Sin embargo, para poder ofrecer ayuda genuina y duradera, es fundamental que cuidemos todas las dimensiones de nuestra salud: mental, física, emocional y social. Es fácil perder perspectiva y descuidar nuestras propias necesidades cuando todo a nuestro alrededor parece tan urgente, pero precisamente en esos momentos es cuando más necesitamos de nuestras fuerzas. Si nos agotamos, no podremos dar lo mejor de nosotros para ayudar a los demás.

Consejos para encontrar momentos de paz y autocuidado

Para mantenernos equilibrados y cuidar de nosotros mismos en medio de la adversidad, te ofrezco algunos consejos prácticos que te ayudarán a reducir el impacto del estrés emocional:

  1. Limita el tiempo que pasas viendo noticias: Estar informado es importante, pero hacerlo de manera moderada ayuda a mantener la calma. Puedes establecer ciertos horarios para informarte y, después, desconectar. 30min al día, por ejemplo. Esto te permitirá sentir empatía sin sobrecargar tus emociones. Tras ese tiempo, apaga la TV o el teléfono.
  2. Practica la respiración consciente: En momentos de angustia, dedicar unos minutos a respirar profundamente puede ayudarte a reconectar contigo y calmar tu mente. La respiración profunda reduce el estrés y mejora tu capacidad de enfoque. Ponte alarmas cada 90min para respirar profundamente durante un par de minutos y sentir tu cuerpo.
  3. Encuentra un espacio para hobbies: Recuerda que hacer algo que disfrutas, como leer, hacer ejercicio, o simplemente tomar una pausa para un té, no es egoísta. Aunque haya tragedia, puedes encontrar momentos para reírte y, es más, ¡los necesitas! Estos momentos recargan tu energía y renuevan tus fuerzas para que puedas seguir adelante.
  4. Conéctate con personas positivas: Hablar con personas que nos inspiran y nos traen paz nos ayuda a contrarrestar el efecto de la negatividad. Estamos muy enfocados en buscar culpables y recrearnos en lo que se ha hecho mal. La rabia es natural pero no da soluciones. Busca acciones a futuro, que construyan. Genera conversaciones de apoyo emocional positivo, las que nos hacen sentir bien y empujan nuestro bienestar. Trata de rodearte de esas personas positivas estos días.
  5. Mantén la perspectiva de tu vida: La vida sigue avanzando y, aunque es importante ser conscientes de lo que pasa a nuestro alrededor, también lo es recordar nuestras metas, nuestras responsabilidades y las personas que dependen de nosotros. Aunque haya desgracia, siempre hay algo por lo que ser feliz. Céntrate en ello. Puedes irte a dormir cada noche apuntando esas cosas por las que estás agradecido o por las que te sientes afortunado en tu entorno directo y enfocarte en ellas para avanzar.

RECUERDA: No somos egoístas por cuidarnos

Nuestro bienestar es fundamental para poder apoyar de manera genuina. Cuidarnos no nos hace menos empáticos, sino que nos da la fuerza para enfrentar estos tiempos difíciles con mayor resiliencia. Todos tenemos límites y respetarlos es una forma de honrar nuestra salud mental.

Si necesitas ayuda, por favor, pídela.

Un fuertísimo abrazo,

Mónica

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