¿Conoces tu tipo de apego?

Feliz Lunes,

Todos desarrollamos un tipo de apego en la infancia. A menudo, nuestras relaciones se resienten porque desconocemos nuestro tipo de apego, lo que hace que nuestra pareja sufra las consecuencias de nuestra gestión emocional deficiente.

Comprender nuestro propio estilo de apego y el de los demás puede ofrecer una perspectiva profunda sobre cómo nos relacionamos y por qué. Los psicólogos han identificado cuatro tipos principales de apego: seguro, ansioso, evitativo y desorganizado. Cada uno tiene sus propios comportamientos característicos y raíces en nuestras experiencias infantiles.

Apego Seguro

Las personas con apego seguro suelen tener relaciones estables y saludables. Se sienten cómodas con la intimidad y la independencia, y confían en sus parejas. Este estilo de apego generalmente se desarrolla en una infancia donde los cuidadores fueron consistentemente cariñosos y responsivos a las necesidades del niño, creando un ambiente de seguridad y confianza.

Para trabajar este apego: Cultiva y mantén la comunicación abierta y honesta en tus relaciones.

Apego Ansioso

El apego ansioso se caracteriza por una necesidad constante de cercanía y miedo al abandono. Las personas con este estilo pueden ser muy sensibles a las señales de rechazo y necesitar frecuentes confirmaciones de amor. Este patrón suele surgir en infancias donde los cuidadores fueron inconsistentes, alternando entre momentos de atención y desapego, lo que generó incertidumbre en el niño sobre la disponibilidad emocional de sus cuidadores.

Para trabajar este apego: Practica la autoafirmación y la construcción de la autoestima fuera de tus relaciones.

Apego Evitativo

Las personas con apego evitativo tienden a mantener la distancia emocional en sus relaciones, valorando su independencia por encima de todo. Pueden evitar la intimidad y tener dificultades para confiar en los demás. Este estilo a menudo se desarrolla cuando los cuidadores fueron emocionalmente distantes o negligentes, enseñando al niño que no puede contar con los demás para apoyo emocional.

Para trabajar este apego: Aprende a abrirte gradualmente a la vulnerabilidad y a confiar en los demás.

Apego Desorganizado

El apego desorganizado combina características de los estilos ansioso y evitativo, y es el más complejo. Las personas con este estilo pueden mostrar comportamientos contradictorios, como buscar cercanía y luego rechazarla. Este patrón generalmente tiene raíces en infancias marcadas por el trauma o el abuso, donde los cuidadores eran una fuente de miedo en lugar de seguridad.

Para trabajar este apego: Busca apoyo profesional para tratar traumas pasados y construir relaciones seguras.

Conocer nuestro estilo de apego y su origen puede ser el primer paso hacia relaciones más saludables y satisfactorias. Te invito a reflexionar sobre cuál de los cuatro estilos refleja mejor tus comportamientos y, antes de nada, aceptarlo. Abrazar tu estilo sin juicio es fundamental para comenzar a trabajarlo. Debes sanar a tu niño interior antes de poder gestionar tus relaciones con eficacia.

Si tienes dudas sobre tu tipo de apego o cómo sanarlo, puedes escribirme sin problema.

Feliz semana,

Mónica

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